Los dineros de los medios

Por César Aldo Kdavid Ramírez Jasso

Los apoyos económicos que el estado brinda por medio de compra de espacios de publicidad y estímulos para el desarrollo de las empresas mediáticas, son el principal mecanismo de control por el cual los medios responden a los compromisos contraídos con autoridades, en perjuicio de la labor periodística y al derecho ciudadano de acceso a la información.

NEGOCIO DISINTO

Las fronteras no limitan los retos que por igual desafían los medios, así coincide el académico e investigador Maxwell Mc-Combs, quien opina que “el problema más grande que afrontan los medios de comunicación en Estados Unidos es que sean considerados solo un negocio más y estén obligados a obtener grandes ganancias. Los periódicos son un tipo de negocio distinto del resto y requieren de una mentalidad diferente”, dice el investigador.

Pero también opina que cuando los dueños de los diarios “sólo quieren hacer dinero, reducen el personal y el número de periodistas y no destinan fondos y recursos a investigar. La investigación es costosa y requiere que un periodista esté, a veces, seis semanas siguiendo un tema, sin publicar una sola noticia. En definitiva, la necesidad de hacer mucho dinero va en contra del buen periodismo”.

Pero amasar fortunas sin embargo no está negado para los empresarios de medios que a través de estrategias de mercado han lanzado a las televisoras, diarios electrónicos e impresos a una carrera por un mercado ávido de información, dejando a un lado la labor periodística no sólo de investigación, sino de contextualización de la noticia.

CAÑONAZOS DE 50 MIL

En un dicho popular que se le adjudica al presidente mexicano Álvaro Obregón, se resume que nadie se rehusa al poder de convencimiento del dinero: “nadie resiste un cañonazo de 50 mil pesos”, y así parece confirmarse con la prensa. Hay quienes que como Alfonso Teja, periodista local, aseguran que “los medios están controlados por el poder político, creo que la publicidad se adueñó de la información”. Otros son más severos como Mario Rodrígez Platas, quien afirma que el “chayotazo sigue existiendo y dicen que el que paga manda”.

Sin embargo, lo que ha querido ser considerado por el gremio periodístico como un añejo vicio, entre los reporteros y periodistas de la localidad es moneda corriente para el oficio. La existencia de los ‘sobrecitos’ para el reportero, o los sobornos disfrazados de apoyos a la comunidad periodística, comidas y convivios, becas, son comunes entre los miembros de la prensa local. Si a esto se la aúna el control a las empresas mediáticas a través de la publicidad que el estado o las cámaras empresariales, queda poco espacio para ejercer la libertad expresión.

Por ello hay voces que opinan que la prensa “necesita la creación de un organismo regulador constitucional y autónomo, que garantice el pluralismo informativo, para evitar que los monopolios u oligopolios en los medios de comunicación atenten contra la libertad de expresión”, dijo la doctora en Derecho, Socorro Apreza Delgado, durante la primera jornada del 6º Foro Internacional sobre Libertad de Expresión que inicio hoy en la sala Floris Margadant, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.

Apreza Delgado, informó que “en la distribución de la publicidad, sólo se rige por el precio, la circulación y la audiencia, donde sería necesario que se dividiera la publicidad: asignando un 80% a los que tienen mayor circulación y audiencia y un 20% para los medios más pequeños, esto último principalmente frente a la amplia concentración de medios que existe en México”, tema que está ausente de los debates públicos en nuestro estado.